El foro de la T.I.A.

[Flanagan]

Desconozco si los chavales de hoy en día se entusiasman con el último videojuego de la “Play Station” de la misma forma que hacíamos cuando -a su edad- nos llegaba un tebeo a nuestras manos. Recuerdo las ganas con las que aguardaba en las mañanas dominicales ver en el kiosco el último “Pulgarcito”, “Mortadelo” o “DDT”.

La escena se repetía cada domingo. Paseo con los amigotes y, con la paga dominical, a comprar alguna chuchería y los cuentos, como yo llamaba los comics. La elección iba por temporadas, aunque tengo que reconocer que las portadas también me influían. ¡Cómo recuerdo las de las “Joyas Literarias Juveniles”! ¡qué dibujos!

Una vecina que teníamos en el piso superior (imagino que para quitarse trastos de casa) nos regaló varios álbumes de su hija de estas Joyas con la primera página de cartoncillo y a 15 pesetas (“Historias de dos ciudades”, “Rob Boy”, “Aventuras de un soldado de Napoleón”…). Todavía los guardo.

Si echo la memoria atrás, estoy seguro que lo primero que cayó en mis manos con letras fue precisamente un “Pulgarcito”. Tendría 3 ó 4 años y en la peluquería me entretenía viendo los dibujos ante la sorpresa de los clientes, que pensaban que a esa edad ya leía. Tan entusiasmado estaba que mi padre, a la salida, me compró uno y una bolsa de “Conguitos” en la que me salió un coche de plástico de principios de siglo. Creo que en el tebeo salía Rompetechos y la Pantera Rosa. Terminó destrozado de tanto verlo y pasar las páginas.

Fue a principios de los ochenta cuando me aficioné a “El Corsario de Hierro”, colección que tengo completa a excepción del número 2 (“La Vieja Dama del Mar”). Se la dejé a un compañero de trabajo y ya se sabe qué ocurre cuando dejas un libro…

Tras un paréntesis en el que abandoné esa afición por cosas que consideraba más importantes, he vuelto en los últimos años a interesarme los tebeos de esa época. Es como una puerta que me traslada a la niñez y disfrutas con el simple olor de sus páginas. Este foro también me ha ayudado a la nostalgia…

[Señor Ogro]

Ay, Flanagan, somos muchos los que podemos identificarnos perfectamente con lo que cuentas, con algunas variaciones según los gustos personales de cada cual. Cuando pienso en mi infancia lo primero que me viene a la cabeza son los tebeos, que encerraban todo el universo imaginable, que nunca decepcionaban, que siempre sorprendían. En mi caso, me pasan por la cabeza montones de tebeos, los nuevos que caían casi todas las semanas y los de segunda mano comprados a puñados en el Rastro los domingos por la mañana. Mortadelo, Zipi y Zape, Tío Vivo, Pulgarcito, DDT, Pumby, Jaimito, TBO, Don Miki, la colección Dumbo, la colección Olé, los libros de Popeye y Carlitos de Buru-Lan, los viejos Strong, los tebeos de la editorial Novaro (La Pequeña Lulú, Sal y Pimienta, Periquita...). Y un poco después el Spirou-Ardilla, y luego el Fuera Borda, y después el Hombre Enmascarado, Flash Gordon, el Príncipe Valiente...

¡Dios mío, cuántos tebeos me han acompañado a lo largo de mi vida! :D

[Flanagan]

Gracias tío,

Tras leer tu post, me acuerdo sobretodo de los extras; de verano, de navidad, de otoño... Tenían ganas de que llegaran para verlo