El foro de la T.I.A.

[alfredovel]

He abierto un tema nuevo, aunque no sé si irá en el lugar adecuado. Si no es el lugar, espero que hagan los cambios oportunos.

Se trata de que cada uno cuente como se inició en el mundo del cómic, cuáles son sus gustos y cuáles son los estilos que colecciona.

Comienzo yo:

Desde pequeño tuve predilección por tebeos de Bruguera y Ediciones B. A mi hermano mayor le compraron varios olés, sobre todo de Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape y revistas en las que salen varios personajes. Yo me crié con Mortadelo y Filemón, y para mis cumpleaños, o reyes pedía cómics. Casi siempre me regalaron Super Humor de Mortadelo. También me acuerdo, de pasar por las tiendas donde tenían olés saldados a un euro, y traerme diez que no tenía. Con el paso de los años tuve una colección pequeña pero vistosa.

Dejé los cómics muchos años, y con el paso del tiempo y cuando ya tienes dinero, me propuse completar la colección de Super Humor (todas) y la colección de olés (todas). Empecé a investigar por interné y encontrar lotes en los que encontraba barato tebeos que yo quería pero junto a ellos siempre venía algo que no correspondía con la colección que buscabas o lo tenías ya repetido. Así me empecé a dar cuenta de muchos autores que no conocía pero me agradaban sus historias, empecé a fijarme en las portadas de los álbumes, porque según si me gustaba la portada lo añadía a la lista de deseados.

Empecé también a ir a una tienda especializada en cómics, era la primera vez que pisaba algo así y le conté mis gustos y dejé el material que tenía repetido para que me hiciesen descuento. Tenían una mesa con ofertas muy buenas, de allí me pillé algunas "Obras completas de Crumb", "Todo Max" y "Obras completas de Shelton" por muy buen precio. Y me aficioné al underground. En esa tienda me hice con Submundo y Cowboy Henk, entre otros muchos. Cuando sale algo saldado tipo Capitán pantera, Gora topal y Los mecenarios de Carrillo o Marco Antonio, también me los traje.

Me hice con la colección de RbA de segunda mano a muy buen precio, dejé de lado la colección olé y los Super Humor, y empecé a conseguir material de autores extranjeros antes que de españoles. Me aficioné a Lewis Trondheim y ahora tengo casi todo lo de este autor en español. También tengo Todo Umpa-Pá, Freddy Lombard, Betty Boop, cuatro tomos de Políticamente inaceptable, dos tomos recopilatorios de Beavis and Butt-head y otros dos de Ren y Stimpy que editó Planeta, León el terrible, Lupo Alberto, Ideas negras, Squeak the mouse, Tug and Buster, Gregory, Topolino el último héroe o Vampir de Sfar.

Como veréis, me gusta el dibujo cómico, y no me atraen los superhéroes.

Pretendo hacerme próximamente con Los Hombrecillos y Quena y el Sacramús y Gil Pupila, y dejar para más adelante Johan y Pirluit, Natacha y los restos que me faltan para terminar las colecciones. Por otro lado, intentaré ir al día con lo nuevo que vaya saliendo.

Aquí termino mi tocho. Espero que me perdonéis por tan tremendo mensaje.

[Abetos]

Desde muy pequeño estuve rodeado de tebeos y cuentos. Fue entonces y gracias a mis padres, cuando se empezó a gestar esta gran pasión que salvo un pequeño parentesis, ha permanecido siempre con fuerza.

Mis primeros recuerdos me llevan a los cole cole de Gaby,Fofó, Miliki y Fofito.
También Pumby, el TBO y algún Jaimito pero pronto serían las publicaciones de Bruguera las que se llevarían la palma en sus distintas publicaciones.
Mi padre era comprador habitual del TBO y del tío vivo y yo empece a interesarme en gran medida por esta última con la 13 rue del percebe y Agamenon como mis favoritas.
Mortadelo y Filemón y los Zipi y Zape me encantaban y a la vez muchos de los personajes que compartían su cabecera.
Estaba también Don Miki que alguno caía y al que me enganché con las aventuras de Patomas. Los cómics de Mazinger Z el de la tv y el Mazinger robot de las estrellas que dibujó José Sanchís también llegaron a casa.
Por Navidad en el mercado , la parada de los tebeos se ponía la mar de bonita y había un sinfín de tebeos de todo tipo y almanaques que me hacían la boca agua. Y los Oles ... Mmmmmmm.
Descubrí a los pitufos en el semanario Zipi y Zape y disfruté con sus aventuras una barbaridad.

En el cuarto, en el comedor, en los viajes ya fuera en tren o en bus, en el piso, en la casa de pueblo, en el cole alguna vez.... Siempre solía estar acompañado de un tebeo.

Mientras y como no había tanto dinero como para complacer todos los gustos del niño, sacaba de la biblioteca cómics de Tintín y Asterix que devoraba con pasión. El galo se convirtió entonces en uno de mis favoritos forever and ever.
Ya de mayor me compraría la colección completa.
También Spiderman (publicado entonces por Vértice ) pasaría a ser de mis preferidos y cuando muchos años después tuve ocasión , completé la colección gracias a las librerías especializadas que descubrí cuando mi pasión volvió con fuerza.

Había empezado la colección de Copito (Hanna Barbera) y llegué hasta el 60 más o menos para después pasarme a la revista Petete y algunos Fuera Borda. Ocasionalmente volvía a Zipi y Zape .
Dejé la maravillosa compañía de los tebeos durante unos años (entre los 15 y 18 ...creo) Hice la coleccion de mortadelo que sacó circulo de lectores algo más adelante. Una tarde en la que entre en una papelería , habían varios Mortadelos de la colección Olé de ediciones B y los compré .
A los dos días volví a por más. La llama había prendido con fuerza.

Me reenganché y completé diversas colecciones. Hoy en día y gracias a los compañeros del foro he descubierto grandes maravillas que desconocía y entre las librerías especializadas, fnacs, mercadillos, particulares e internet , sigo ampliando mi colección. Una colección que me aporta bienestar y momentos muy agradables.

[ase62]

A mí me ha pasado un poco como a vosotros en algunas cosas, sobretodo lo de la falta de capital. Mi primer cómic fue un Spiderman de Comics Forum, el nº 26 creo recordar en el que aparecía el hombre máquina "Asociación criminal" se titulaba y también aparecía el hombre de arena (¿1982?, ni idea). Luego ya fui leyendo cómics de Capitán América, Patrulla X, Conan el Bárbaro, Mortadelo, Patomas, Don Mikis... y cuando inauguraron la biblioteca del barrio devoré Tintín, Astérix, Blake y Mortimer, Blueberry, Lucky Luke, Iznogud, Akira... Mi personaje estrella siempre fue Groo, que compraba incluso en mi época universitaria.

Pero no pudo ser hasta el 1999 en que empecé a trabajar hasta que pude empezar mi colección de Super Humor desde el número 1, Tintín, Astérix... y luego ya, tras conocer el foro, otras muchas colecciones (Superlópez, Pafman, Mot, Tadeo Jones, Zipi y Zape, Joyas Literarias, Príncipe Valiente, TBO, Tomás el gafe, Los Pitufos, Johan & Pirluit, Creepy, Eerie, Popeye, Sandman, Fábulas, Planetary, novelas gráficas (Arrugas, Maus...), pequeño Spirou, Don Miki... y ahora toda la oleada francobelga que se nos echa encima.

Como veis, buena parte de la culpa de mi colección la tiene pasearme por el foro. Si no hubiera entrado nunca lo más probable es que hubiera sido mucho más discreto comprando y coleccionando cómics, pero las recomendaciones de unos y otros casi nunca me han defraudado. Esperemos que dure mucho. Como le pasa a melodiapositiva, yo también disfruto muchísimo con mis cómics, y ver ahora algunos expuestos en la expo de Ibáñez ya ni os cuento
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'Menos guasa "J-46" que ya sabemos que eres de Valladolid' (Los Invasores)

[Marsupio]

Rollo abuelo pantuflas modo on.

Desconozco mis primeros tebeos, mezclo un album de Michel Tanguy que me trajeron de Francia mis primos, algún número de Thor y Spiderman en tomito, Mortadelos y Pumbys. Más adelante cayó de todo, TBO, Jabatos, Capitán Trueno, todo tipo de superhéroes, Don Mikis...

Ay mis Don Mikis en el kiosko todas las semanas hasta completar mi epopeya de los patos con sus monedas...

O las vacaciones aburridísimas en el pueblo, sin conocer a nadie y ver en una tienda de ultramarinos unos Inspector Dan de la serie Bravo. Y casi leí todos los ejemplares de la historia del demonio aquel en Londres! Decenas de veces.

Decenas de veces... buf, no exagero. Recuerdo una anécdota de dejarle a un primo un Olé de Mortadelo y verlo reir. Le pregunté de qué se reía, de qué pasaba en la viñeta y, al decírmelo, saber exactamente el número de orden que tenía en la página. Me sorprendí entonces al ver que me preguntaba por la página tal, viñeta cuál y decirle qué pasaba exactamente en dicha viñeta. ¡Me lo sabía de memoria viñeta a viñeta!

Que me pregunten ahora, jeje...

Otra anécdota era la feria. En la entrada de la feria, siempre había un puesto de cómics en el que vendían y sorteaban con jueguecitos los cómics. Como no íbamos bien económicamente en casa aquellas fechas, mi madre me llevaba a la feria y me decía: "elige, o te montas en un par de cacharritos o te compro un par de tebeos, las dos cosas no se puede".

Si estáis en este foro, sabéis la respuesta. De todas formas, siempre al final caía alguna vuelta en algún cacharrito. Madres...

Otra cosa que recuerdo con mucho ilusión es cuando un día mi hermano, mayor que yo y estorbo para él, me llevó a un lugar.

- Ven, vamos a un sitio que te va a gustar.

Me cogió de la mano y me llevó a la biblioteca muncipal. Allí me dijo, aquí debes guardar silencio. Coges un tebeo o un libro de aquí y lo vuelves a dejar en su sitio cuando termines. Cuando te hartes, te vas para casa. Y se fue, dejándome en aquel paraíso de silencio y tebeos.

Juro que es una de las sensaciones más bonitas que he tenido en mi vida. Salí literalmente de noche, embriagado de sensaciones.

Y juro también que lo pasé fatal cuando fui a dejar un tebeo en su estantería y vi que su lugar estaba ocupado por otro. ¿Y ahora qué hago? Je, je, lo dejé justo al lado, creyendo que un día alguien vendría a regañarme. Y no hablo de los tomos que están ordenados.

Esos tomos sí que eran el "novamás". Tapa dura e historias chulísimas. Astérix, Tintín, Lucky Luke... Buf. Eso era de ricos. Y de extranjeros, ¿qué era aquello de Stock de Coque? Me los leí todos menos ese porque creía que estaba en otro idioma, jajajaja. Menos mal que al fin lo ojée por dentro.

Bueno, y ya un poco más mayor, mucho superhéroe. El del puesto de la feria tenía tienda física y vendía baratos los Vértice. Quince pesetas comprado, cinco por cambiarlo por otro. Era genial cuando ponía el montón encima del mostrador para que eligieras. Y más genial era tenerlo a 50 metros del colegio! ¿La paga semanal? Un duro, cinco pesetas. Hoy día nos quejamos de vicio. Eso eran fatigas para conseguir un tebeo.

Mis preferidos en aquella época? Sobre todo Spiderman. Pero caía Patrulla X, La Masa, El hombre de hierro... Jopé, hasta Tenax, el invencible! Madremíadelamorhermoso.

Y ya más mayor, pues con el signo de los tiempos, Creepy, Cimoc, 1984, Conan y cosas así.

Y ahora, pues a recuperar el tiempo perdido. Sobre todo con la BD, que fue la que menos pude leer en mis tiempos. Ya me gustan menos los pijamas.

Siento el tocho. Pero es que ha sido agitar el trapo rojo...

Pd. Ah, sí, también tuve mi parón, como todos. Y volví con la recomendación de una compañero de trabajo: han salido unos cómics que no te lo vas a creer. Son doce, pero píllalos todos de golpe, porque no podrás dejar de leerlos.

Watchmen.

Y ahí comenzó todo de nuevo. Pero eso es ya otra historia.

[Green Goblin]

Maravilloso post, Marsupio, gracias por compartir tu pasado.

[miski]

Es una constante que la falta de dinero, nos abocaba a los tebeos (el cine de los pobres). No tengo ni idea de mi primer tebeo. Me da igual. Recuerdo todo tipo de tebeos de grapa de valenciana, en packs de 5. Que rabia cuando se colaba alguno de estilo realista. Yo preferia los Pumbys y los Jaimitos. De vez en cuando, mis primos tenían por casa Spirous Ardilla comprados de saldo (no entendía el éxito de ese personaje de la portada, ya que solo aparecía un cachito de una aventura, y no se entendía nada). Si me gustaba Isabel, Gaston, Pusy...).
Los domingos, mi padre nos llevaba al rastro, que antes era en el centro de la ciudad. En los 80, el centro de Valencia era un paisaje apocalíptico, de edificios ruinosos, donde era fácil aparcar por cualquier descampado, entre jeringuillas. Mi padre nos decía eso de que si nos perdíamos, que pillásemos un taxi, que sabíamos darle nuestra dirección. Nunca pasó. Nunca nos perdimos. Ninguno de los tres. Lo que si pasaba en el rastro es que te compraban mortadelos de 2a mano por 20 o 25 pesetas y luego los cambiabamos en algún quiosco por otros (si, eso se estilaba por aquel entonces), tantas veces, que acababas leyendo toda la producción del mejor Ibáñez. Otras veces, volvíamos a casa con una pila de Don Mikis por 100 o 150 pesetas, y nos los leíamos esa misma tarde (solo las "buenas"). Otras veces eran Pulgarcitos (con esos cuentos tan chulos) o Copitos (me encantaban y ahora no los soporto).
Paralelamante, desde los 8 años o así, en la Biblioteca Municipal nos íbamos leyendo los Asterix, Tintines (estos se me hacían un mundo por la cantidad de texto), Lucky Luke (El Jinete Blanco fue el primero), y otras cosas más del momento, como el Madriz, o la Colección Arrebato. Cuando visitaba algún gran almacén tipo Alcampo, me quedaba en la sección de libros leyendo Don Mikis.
Así hasta que en un cumple me regalaron, no solo el típico Super Humor de saldo del Corte Inglés, sino un ejemplar de Virus. Es el primer Tomé + Janry que leí y releí y disfruté en todas y cada una de sus maravillosas viñetas. poco después, en casa de mi tío descubrí los primeros jueves (era 1985, y se publicaba jesusito de mi vida, seriada) junto a unos libros que me encantaron (el pequeño Nicolás, que estaba escrito por el mismo señor que hacía los Asterix y los Lucky Luke! Entonces, aún no sabía que ese hombre había muerto el mismo año en que nací yo).
Había leído algo de SuperLopez en viejos Mortadelos, pero no fue hasta que me pude comprar tebeos yo mismo, que comencé la colección de los Olé. Cuando llegué a los que se publicaban actuales, me di cuenta que habían cambiado y los dejé durante tiempo...
En aquella época, los pobres nos cambiabamos los tebeos, para poder leer más, y raramente los tebeos volvían a su dueño, por lo que no conservo mucho material originalmente mío. Y alguno que conservo está destrozado, después de haber pasado por todas nuestras manos.
Ahora me interesaban eso jueves para adultos. Eran mucho más divertidos que los que mis vecinos con hijos mayores nos regalaban creyendo que eran tebeos de niños (Creepy, 1984, Cairo...), poco adecuados para mi y mis hermanos, pero que acabamos leyendo también.
Cuando me regalaron junto a un lote de tebeos en un concurso de cómics el primer recopilatorio de Makinavaja aluciné tanto que me compré todo lo que podía de ese tal IVÀ. Lástima que nos dejó pronto... y en ese momento, ya época de instituto, dejé de leer tantos tebeos. Solo continuaba comprando los Spirous de Tomé y Janry (los últimos a precios de risa, de saldo) y DRAGON BALL, que era lo que molaba en ese momento. Superhéroes, eso que leían algunos compañeros, no. Nunca.
Durante los 10 años siguientes, me dediqué más a dibujar que a leer (solo cosas escogidas, MAX, Chaland...). Luego, ya con un empleo y todo eso, me dediqué a conseguir de nuevo cómics que había tenido y me gustaban y a completar. Los Super Humores de SuperLopez, Lucky Luke, Tintín, Jacobs, y otras series afines.
Lo del foro, es verdad que me ha hecho continuar y descubrir muchas cosas. recuerdo que entré para buscar información sobre el conflicto Ibáñez-Bruguera... y aún estoy esperando que alguien me lo aclare...

Sirva este tochazo para celebrar mis 10000 mensajes... jajaja

[Mac Latha]

Mis primeros tebeos me los compraba mi abuelo (yo era la excusa, evidentemente) y era siempre el TBO, así que ese fue mi primer contacto con el medio.
Luego, el resto de los mayores se apuntaron comprándome Pumby, Pulgarcito, Mortadelo, DDT y todas esas cosas.
Yo, como buen niño, no guardaba absolutamente nada. En casa, el montón de periódicos y revistas iba vaciándose periódicamente y, con cada vaciado, desaparecían varios tebeos, cosa que me importaba un comino, porque los había leído montones de veces y siempre eran sustituidos por nuevos ejemplares.
A un primo un poco mayor que yo, sus familiares franceses (de franceses nada, claro, emigrantes españoles, pero como venían de Francia, pues eran “los franceses”) le regalaban tomos de Astèrix, Tintin, Iznogud y otras franchutadas (en español), pero a mí no me atraían por entonces esas cosas grandes y duras, porque los tebeos tenían que ser más pequeños, blanditos y contener un montón de personajes distintos, no solamente una aventura larga de uno de ellos. Y también estaba el problema de que mi primo no dejaba que nadie se acercara a nada suyo, no sea que lo desgastase con la mirada.
En el cole, mi mejor amigo era muy de superhéroes (su hermano mayor era muy de superhéroes, así que él se daba el moco de que los tebeos eran suyos, además de no cansarse de repetirme que lo que yo leía era para críos), y leí un montón de hombres-de-hierro, batmans, supermans, espidermans y demás algomans, pero solo porque era mucho mejor que seguir el libro de clase. Nunca me llegaron a gustar (en casa solo hay un tomo de Batman y otro de Superman, y por motivos sentimentales).
En un maravilloso rincón (¿se puede llamar “rincón” a una plaza redonda?) de la ciudad que la basura que la gobierna se ha cargado (como hace con todo loque toca, hasta con sentencias en contra) convirtiéndolo en una modernez-pasada-de-moda me compraba retapados de Novaro, con Superman, Lulú, Las Urracas Parlanchinas y, en uno de ellos ¡El Submarino Amarillo! (es el único que conservo, con tapa bricolajeada, porque se destrozó al desmontar el retapado).
No me acerqué por primera vez a un tomo hasta que vi la cole del hijo de una amiga de mi madre, que llevaba años abonado a absolutamente todo lo que se editara en formato álbum. Al principio solo me dejaba verlos en los estantes y, como ya he dicho que no me atraían, no había ningún problema, porque siempre había algún tebeo por allí para leer. Poco después me di cuenta de que algunas aventuras que yo había leído a trozos en mis tebeos estaban allí completas, en orden y más molonas, así que no paré hasta conseguir que me dejase leer algunos. Con el tiempo, el sujeto llegó a la adolescencia, aparecieron otros intereses, limpió su dormitorio y todos esos cómics se vinieron a mi casa. Eran un buen montón y me deshice enseguida de los que menos me gustaban (por ejemplo, tomos de Joyas Literarias y ¡Michel Tanguy!),
Para entonces, mi habitación era la cueva de los contrabandistas, llena de libros, tebeos y discos, así que las coles que me llevé a casa echaron a la calle los Olés y demás cosas que ya eran viejas, había leído montones de veces y “eran de críos” (y eso que me compraba Don Miki con extras y todo).
Cuando entré en la adolescencia llegaron Totems, Metalhurlants, Comix Internacional, Víboras y demás cómics “adultos” y con ellos los tomos de Pratt, Moebius (¡qué sorpresa enterarme de que era el mismo de Blueberry!) y toda esa pesca.
Peeeeeeeero, justo cuando estaba en trance de salir de casa de papás y montármelo solo, dejé de estar solo y, además, me largué lejos-lejos, con una especie de vida-adulta-con-obligaciones que me quedaba grande por todos lados, aunque la disfruté enormemente. Durante unos años, sin dejar de consumir cómics, el ritmo bajó tremendamente (los gastos eran otros, mucho más acuciantes). Lo malo no fue eso, sino que, en cuanto desaparecí, mi habitación fue ocupada por una de mis abuelas al quedarse viuda, y mis padres, en lugar de llevar mis cosas a mi casa, las metieron en cajas y las arrinconaron en el trastero. El agua hizo el resto. Disgusto tremendo por mi parte, pero nada que hacer (recuerdo la llamada de mi madre, diciéndome de un tirón que había muerto otro de mis amigos de la calle y que estaban tirado todo lo del trastero porque se había llenado de agua… y lamentándose solo por la Vespino de mi hermano).
Al tiempo, otra vez en mi ciudad y de nuevo en mi casa, empecé a trabajar en una librería, así que me dediqué a recomponer mis coles perdidas, aumentadas y corregidas en nuevas ediciones (Astèrix, Tintín, Spirou…) que, más o menos, fueron el germen de mi pequeña cole actual (como tenía la manía de regalar coles enteras, algunas, como la de Astèrix las he comprado cuatro o cinco veces y otras no las he vuelto a comprar todavía, como la de Iznogud).
En estos momentos, habiendo salido de un pozo de ruina total en el que me metí gustoso –idiota que es uno- y gozando de unos ingresos regulares lo suficientemente holgados para permitirme gastos tontos (esto es, no absolutamente necesarios para mi supervivencia), vuelvo a la compra regular, hasta que se acabe esta nueva racha (y lo hará, que mi jefa lleva un tiempo avisando de que la cosa está a punto de estallar). Podía estar ahorrando para tener un colchón y esas cosas que hacen los adultos, pero es que yo leo tebeos, así que no puedo hacer esas cosas.

Cómo os imagináis mi cole:


Estado actual de mi cole:

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No apruebo las escuelas -dijo Yaya-. Se interponen en el camino de la educación.

[DeOjeda]

Que hilo más bonito

Viviamos en una ciudad pequeña, y los domingos, al salir de misa, ibamos al quiosco a comprar un tebeo para cada uno de los hermanos y a cambiar cromos.
El primer tebeo del que tengo memoria era el Dumbo de andes lo que andes no andes por los Andes.
La primera colección que empezé a hacer yo solo , sin contar con mis hermanos, fueron los tomitos de Spiderman

Así, cada semana; y para los Reyes, cumpleaños o cuando mis padres se iban de viaje, siempre nos traían tebeos.
Las colecciones que teníamos en casa (que eran de todos, pero cada uno nos ocupábamos de cuidar una) eran los Alix y los 4 Ases de Oikos Tau, los Asterix de Pilote, Dumbo, y los de BuruLan, que para nosotros eran todos una sola colección (Popeye, Carlitos, Alex y CocoBill)
Estos tebeos más caros eran siempre regalos de cumpleaños o de visitas familiares o de Reyes
De vez en cuando un familiar despistado nos regalaba un Laida de Fher, que no nos gustaban nada a ninguno, y aunque dábamos las gracias se nos notaba en la cara que "jo, otro de los amarillos, que malos son"

Los tebeos del domingo, en los sesenta y primeros setenta, los Superman y Batman de novaro, el Capitán Trueno, Grandes Aventuras Juveniles, Joyas Literarias Juveniles ...
Curiosamente, el que compraba los Mortadelos y los Zipi Zape era mi padre, porque se partia la caja con ellos
Algunos años más tarde , yo ya me había echado a perder con los tebeos de Vertice y los Don Miki y mis hermanos se pasaron a los Zipi Zape especial y los Magos del humor, pero ya todo era más esporádico y la frecuencia bajó bastante

Con los años he ido recogiendo, recopilando, recomprando,... y cuando vienen mis hermanos o el resto de la familia a mi casa (mis primas tenían los Esther y todas esas cosas de niñas y mis primos eran Gaguistas de el Guerrero, Purk, etc...) pasamos muy buenos ratos sacando los tebeos que ya habían olvidado y haciendo pequeñas búsquedas del tesoro mientras los peques juegan al ordenador
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Las huestes de Hoggot, las huestes de Hoggot,...exactamente, ¿cuantos sois pa'tener sillas para todos?

[Raul1981]

Siendo yo el menor de 3 hermanos (dos chicos y una chica) y con bastante diferencia de edad, pues me tocó pasar bastante tiempo en casa un poco solo. Ellos estaban estudiando en la Universidad y en pisos, además, lejos de mi pueblo. Pues en esos momentos de aburrimiento y con calculo que 4 añitos (porque no sabía leer) me daba por rebuscar en una habitación-trastero. La misma desde la que en una noche como esta sigo escribiendo. Pues bien, sacaba y sacaba tebeos que por lo general eran Mortadelos de los años setenta y Olés de Bruguera. El primero que recuerdo era El elixir de la vida. Como no sabía leer, pues me imaginaba lo que pasaba.

Cuando aprendí a leer, yo también quería tebeos. Pero que fueran para mí. Lamentablemente todos, todos esos tebeos que eran de mi hermano terminaron en la basura. Un error grave. Lo hizo mi madre, pero bueno, se lo perdono. Empecé con Olés de historietas apócrifas de Mortadelo y luego fue cuando descubrí Superlópez, que me fascinó. Pero eran pocas historietas las que había por aquél entonces de ese personaje. Me gustaban más las de Mortadelo y Filemón, porque eran misiones más peligrosas y más graciosas. Aunque de vez en cuando pillaba algo de Superlópez. En la desaparecida papelería Lorca de San Pedro del Pinatar, era conocido como "el señor de los tebeos". En plan Tolkien, se ve...

También recuerdo esos domingos de misa que iba y durante los veintitantos minutos que duraba pensaba en el premio que iba a tener al salir. Comprarme un tebeo era en ese momento mi mayor ilusión de la semana. Ni teléfonos móviles ni videoconsolas ni zarandajas. Un tebeo a mí me daba la vida. Y más si eran "largos", como yo llamaba a las aventuras largas de MyF.

Cuando las videconsolas explotaron, a mediados de los noventa, mi compra de cómics se redujo considerablemente. Pero especialmente con la llegada al instituto y qué decir de la Universidad, en donde sólo compraba cómics cuando me daban arrebatos de nostalgia. Entre otras cosas, recuperé ese Elixir de la vida que había sido mi primer tebeo. Mi ocio eran videojuegos y salir con los amigos.

Con mis primeros empleos pude costearme las ambiciosas colecciones de El Mundo y ello despertó mi hambre de cómics, desde 2005. Desde entonces no ha hecho sino crecer y especialmente a raíz de conocer el Foro de la TIA y más recientemente Whakoom, que me ha enseñado a que no merece la pena comprar cómics sueltos sin hacer una colección completa. A no ser que esa sea muuuy grande como los Don Mikis. Ahora no sólo me limito a Bruguera-Ediciones B, sino también he hecho algunas colecciones Manga y también Franco-Belga.
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"Tranquilo... si esto lo leen cuatro gatos. Como tú..."

Mi blog www.telodigoytelocomento.blogspot.com

[Gasparino]

Yo no recuerdo cual fue mi primer tebeo.

Siempre habían estado por casa, comprados por mis padres cuando iban a la ciudad para que el chaval se entretuviese o regalados por la vecina, que se los sisaba (creo) a los hijos de la familia con la que estaba trabajando de chacha. Nunca les hubiese prestado mayor atención, porque además no eran fáciles de conseguir (en mi pueblo no había kioskos, como máximo en el estanco traían el períodico) y seguro que los hubiese dejado atrás como tantos otros si no llegan a aparecer en mi camino los superhéroes. Sí, tenía algunos cuardernos por casa de Spiderman y La Masa de Bruguera, pero fue el nº 42 de Los Vengadores de Forum que un compañero del colegio trajo a clase, con esa portada en la que salía Starfox, el que me hizo acercarme a él y preguntarle: "¿Me lo dejas y te lo traigo mañana?". Al segundo siguiente de terminar de leerlo, empezó mi carrera como aficionado y coleccionista.
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Ningún blanco permanecería en la laguna de los hermosos sueños a menos que estuviese loco.

[jovencastor2]

Buenas, ¿es aquí Tebeos Anónimos? Soy Jovencastor2 y leo tebeos/cómics.

Mi inicio en el mundo del cómic...
En mis primeros recuerdos ya están presentes los tebeos/cómics. Recuerdo ir a jugar al parque, donde había una mini-biblioteca pública, y entre juego y juego, descansaba leyendo tebeos de Disney (consultando INDUCKS, reconozco las portadas y recuerdo los contenidos de la colección Jovial/Películas), había más cómics, pero por mi edad (6/8 años) eran estos los que más me gustaban.

En casa recuerdo los tebeos de Bruguera, Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, revistas y recopilatorios. De hecho había un macro "integral" con multitud de personajes que no veía en la revista (Hug, Don Pío, Gordito relleno...) y los TBOs que recuerdo comprar en una librería "al peso", sin orden ni concierto.
Recuerdo los primeros números de Don Miki, con historias míticas como las primeras de Patomas y la Dinastía de los Patos... Pulgarcito de Jan, Copito y otros con personajes de Hanna-Barbera...

Un día descubrí, de casualidad, en casa de mis abuelos unos tomos con los 300 primeros números del Capitán Trueno, con Ambrós y Pardo, fue una dura lucha con mi primo por leerlos, de hecho, cuando los conseguí faltaban las tapas y algunas historias de inicio y fin del tomo... Ese fue mi paso a otro cómic que no sólo eran de risa.

Astérix y Tintin eran para cumpleaños y navidades, así como Lucky Luke... Los Pitufos y Johan y Pirluit los leí en la versión de Brugera.
Spirou Ardilla fue otro descubrimiento, desgraciadamente, sólo conseguí algunos números y no todos consecutivos, pero si algunos tomos con historias completas, Bil y Bolita, Sammy, Quena... Pero de Spirou nunca conseguí leer nada completo Isabel, fue un cómic que me fascinó...
De todos estos, el ser cuatro hermanos y tener primos hizo que muchos más que desaparecer se “desintegraran”, aprendí que tebeo prestado es tebeo perdido y que las madres son su mayor enemigo, cada cierto tiempo desaparecían porque ocupaban demasiado espacio y “ya eres demasiado mayor para leer tebeos”…
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Cuando era niño me di cuenta de que me faltaba en la mano la línea de la fortuna. Entonces cogí­ la navaja de afeitar de mi padre, y ¡zas! me hice una a mi gusto.

[jovencastor2]

Los superhéroes no estaban en mi menú habitual, algún amigo tenía alguno, pero de hecho, en mi colegio era una excepción la lectura de cómics. Pero un verano, sería el final de la EGB, en esas largas tardes aburridas (donde había que hacer la digestión para poder ir a la playa y bañarte ) en el camino a la playa descubrí una tienda que tenía cómics en la entrada. Todos eran de superhéroes, y cogí uno de Superman (recordaba alguno en formato pequeño debían de ser Novaro...). Era el número 6 y era de Byrne, me gustó tanto que volví al día siguiente pero sólo tenían el anterior. De vuelta a mi ciudad (Logroño) era una odisea encontrar y seguir la colección..

Mi gusto en la época del instituto fue más por los clásicos de la prensa norteamericana, Príncipe Valiente, Hombre enmascarado, Flash Gordon, que no pude coleccionar de forma habitual hasta la llegada de Ediciones B. Los alternaba con el Capitán Trueno de Forum y su reedición facsimil de Ediciones B, así como el Corsario de Hierro, el Jabato y el Cosaco Verde. Los clásicos de Ediciones Eseuve fueron otro hallazgo.

Recuerdo ir a una librería de las “normales”, las únicas que existían, donde vendían comics , con el que mi padre tenía confianza y descubrir en su almacén ediciones extranjeras de Príncipe Valiente y alucinar al compararlas con la mía... el tamaño, el color...

En esto llegó Norma y CIMOC, no me gustaba la revista, me daba poca dosis de los cómics que me gustaban y muchas series que no me interesaban... prefería el CIMOC Extra Color, con las historias completas, con una espléndida cosecha de cómic histórico, y la colección Pandora con su mezcla de fantasía y ciencia-ficción, junto con los Meta-Hurtlan y Corto Maltés, Blueberry... con los cuales pasé a un cómic más adulto. The Spirit en formato comicbook por Norma era lo único americano que consumía. Siempre me he considerado un lector de francobelga.


Al venir a estudiar a Madrid conocí las librerías de cómics... que decepción ver que sólo tenían superhéroes... y menudos superhéroes... Eran los años de Image... un compañero de piso era adicto a todos los supers y sobre todo Image... Gracias a él supe que mataron a Superman, le partieron a Batman la espalda y la verdad, me dió igual.
Tenía acceso a más cómics que nunca y compraba menos que nunca...
Aproveche para recuperar cómics que nunca pude completar... Watchmen, Miller... picoteando clásicos de superhéroes...

He ido descubriendo otros estilos y formatos de cómic (Joe Sacco), fumetti italiano (bonelli), argentino… hasta el manga, al que llegue demasiado mayor, sólo algo de Tezuka, Urasawa y sobre todo Taniguchi.
Actualmente me encuentro desbordado por tanto Integral Europeo, he pasado del monocultivo Norma a un gran Hipermercado con más oferta de la que puedo leer...

Y esta es toda mi confesión.
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Cuando era niño me di cuenta de que me faltaba en la mano la línea de la fortuna. Entonces cogí­ la navaja de afeitar de mi padre, y ¡zas! me hice una a mi gusto.

[Abetos]

Que chulo está este hilo.

[Spock]

Que yo recuerde cuando tenía 5 o 6 años en la parada de autobús para ir al colegio estaba un vecino con algo llamativo bajo el brazo. Era el album de "Magín el mago". Me llamó mucho la atención, se lo pedí prestado, me lo prestó, me encerré con él en casa y esa misma tarde, con la ayuda de mi madre, aprendí a leer para poder leerlo. Después me puse a dibujar como un loco y a copiar los dibujos de Ibáñez. Después lo leí absolutamente todo en cómic, excepto el Jueves y el Víbora. No colecciono cómics, sólo conservo los que releo periódicamente y algunos que he heredado y que por tanto tienen un valor sentimental especial, pero he tenido muchísimos, aunque ya digo que no los conservo, no sería físicamente posible. A veces los he vendido, pero la mayor parte de las veces he ido regalándolos a amigos, conocidos, familiares y otros seres pululantes. De pequeño me robaron varios Mortadelos y desde entonces tengo copia de seguridad de los Mortadelos en lugares estratégicos, contando con que no me roben todos a la vez. Ibáñez es el único ser humano al que le he pedido su autógrafo, 3 veces. Para mí Ibáñez es alguien importante y el Mortadelo de 5 tiras para mí es EL cómic fundamental. En la actualidad leo con fruición Juez Dredd, que es lo que más leo, y Popeye, sobre todo estos dos. Ahora ya no lo leo todo, como antes, porque ahora no hay un duro, en esta época el dinero no llega para nada con tanto impuesto parasitario, así que me limito a los dos que he citado, sobre todo, y poco más. Hay muchísimos cómics que me gustaría ir comprando y leyendo, pero es imposible con esta crisis económica y este sistema político que permite que el estado todopoderoso, subnormal y corrupto (gobierne quien gobierne, que da igual, incluidos los que se presentan como salvadores in extremis, que ya se les ve venir también, como a tantos otros iguales que ellos antes) exprima y parasite económicamente al individuo ad nauseam. Últimamente he tenido una crisis de lectura porque he perdido mucha vista en pocos meses, pero lo he solucionado con unas gafas-lupas de 6 euros que venden en supermercados, bazares, ambigúes y chiringuitos de barrio. A veces me he arrepentido de haberme desprendido de obras maestras, como Blueberry, Spirit, Archivos DC, Moebius, Corto Maltés y muchas otras cosas, pero siempre hay algo nuevo que leer y me gusta mirar hacia delante, no suelo echar la vista atrás. En mi estantería conservo Trueno, Jabato, Mortadelo, Guerrero del antifaz, Hazañas bélicas, Aventuras del FBI, El cachorro, Roberto Alcázar y Pedrín, El espadachín enmascarado, Dragon ball, Juez Dredd, Popeye, Tintín y cosas sueltas de Marvel, DC, Disney, Flash Gordon, francobelga y muchas otras cosas, pero a lo largo de mi vida puedo haber tenido en las manos unas 50 cajas grandes de cartón de cómics que ya no poseo.
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Yo soy Espoc

[sjurado]

jejeje...que divertido relato, Mac Latha, hasta con aspectos de tu vida personal y todo....seguramente tu historia se parecera a la de muchos de los que estamos en este foro....