El foro de la T.I.A.

[Don Lockwood]

El ya "famoso" comercial de SD acaba de anunciar vía Facebook varias de las nuevas series del sello Bruguera - SD y una de ellas es el Corsario de Hierro. Copio texto:

Finales de enero (+/-):
EL CORSARIO DE HIERRO. INTEGRAL N. 1
Se está trabajando en la mejora del color, la rotulación y corrección de textos. No he visto aún resultados. Espero poder verlos pronto.
Colaboran en esta edición, Xavier Garriga y José Luis Barón Sesé. En la restauración, Rubén Larrea.

[xose]

Gracias. A ver si hacen un buen trabajo porque me gustaría tener algo que haga justicia al personaje. Recuerdo con mucho cariño cuando leí la primera aventura de niño🙂.
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MA KINGDOM FORRRRABOTL'!

[m-angel]

[Gambito]

Y aquí otro que desearía esto.

El Corsario de Hierro es muy especial también para mí. ¡Junto a Don Miki, mis primeras lecturas!

Por cierto, Xose, m-angel, me queda una duda:
Cuando decís que leísteis la primera aventura, ¿os referís al número 1 o la primera que llegó a vuestras manos? ¿O ambas cosas son la misma?

[m-angel]

La primera que llegó a mis manos, en las revistas Mortadelo.

[Gambito]

[21]

¡Estupendo!

Otra que se apunta a un buen integral del Corsario
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¡Ríndete o matamos a Ana María!

[xose]

Lo primero que leí fue la primera historia, " La mano azul", pero en mi caso en " joyas literarias juveniles".
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MA KINGDOM FORRRRABOTL'!

[m-angel]

[Gambito]

Uno de los primeros tebeos que tuve en mi vida fue del El Corsario de Hierro. Antes incluso que los Don Miki.
El recuerdo que tengo es que mi primo me regaló para mi cumpleaños (tuvo que ser en junio de 1978 o 1979) el número 30. A veces dudo de que fuera el 31, porque me suena más la portada de este último, aunque recuerdo la historia del #30. No sé.
Mi primo me lo regaló como un tebeo nuevo. Mi sorpresa fue cuando, ante la insistencia de querer más historias del Corsario al cabo de una semana, con mi padre en un kiosko compramos el número 42 (esto sí lo recuerdo perfectamente). El briboncete de mi primo me había dado algo usado por nuevo


Otro recuerdo imborrable con el Corsario es el armario de mi abuela.
Durante más de una década tuve que ir cada sábado a rehabilitación por mi hemiparesia congénita izquierda.
Íbamos directamente a casa de la enfermera. Como dice el refrán, el roce hace el cariño, así que Azucena (que así se llamaba la mujer) se ofreció, después de tiempo, a hacerme los ejercicios en su casa.
Siempre llegábamos a las tres y media (muchas veces me perdía el final del episodio de Mazinger Z, Orzowei o lo que se terciase que se diera ese momento por televisión, porque había un horario que cumplir.

Tras la rehabilitación, siempre, siempre, siempre íbamos a casa de mi abuela, donde nos encontrábamos con ella, mis tíos y mis primos.

En una habitación, mi abuela tenía un armario de madera. Madera de la buena, de esa de los muebles de antes y que duraba toda la vida, y dentro de ese armario... ¡el paraíso!

Todas y cada una de las baldas, desde la más baja a la más alta (y el armario debía medir bien, bien sus dos metros de alto por dos de largo) estaban llenas de tebeos. Literalmente.
Allí no había orden ni concierto. Estaba todo mezclado: Dumbos, Mortadelos, Zipi y Zapes, Truenos, Jabatos, Dossieres negro, Vampus, Vértices...

Todo lo que mi primo, que era 5 años mayor que yo, y antes mi tío (otro lector empedernido, sobre todo de ciencia ficción) habían acumulado durante años, ahí estaba.
Tengo una imagen tan nítida, un recuerdo tan maravilloso de aquel armario (y real) que, cada vez que pienso en él, todavía me emociono.

Naturalmente había Corsarios (de ahí sacaría Javi el número 30, obviamente), y aunque podía chafardear y tocar todo lo que quisiera, existía una orden inquebrantable que no podía dejar de cumplir: todo lo del armario pertenecía al armario.

No la cumplí a la exactitud, no voy a mentir, porque de estraperlo algún que otro Corsario se vino para casa.

Lo que nunca encontré en ese armario era lo que más deseaba: los 4 primeros números de El Corsario de Hierro, que salían en todas las contraportadas de su colección y que yo tan bien me conocía. La portada del número 2, La vieja dama del mar y, sobre todo, la del número 1, La mano azul, me tenían encandilado, cuando no enamorado.

Años después, unos matones del barrio que me la tenían jurada desde pequeño, se pasaron de la raya algo más de lo que era normal en ellos, y el empujón que me pegaron hizo que mi barbilla chocara contra el bordillo de la acera, provocándome un corte de siete puntos de sutura.

Como no lloré cuando me cosieron (falso, lloré a mares), mi padre, como premio, me llevó por primera vez al Mercado de Sant Antoni con un único objetivo: conseguir los cuatro primeros números del Corsario.
No hubo suerte, pero también recuerdo ese día como uno de los más emocionantes de mi vida.

Poco después, Bruguera sacó de nuevo una edición de El Corsario y pude, por fin, tener La Mano Azul (aunque para los números 2 y 3 utilizaron otra portada, cosa que me dolió más que el corte de la barbilla).

Ya más mayorcete pude, por fin, tener esos cuatro números como siempre quise tenerlos.

Y por eso el Corsario es tan especial para mí.

Tuvo que ser la hostia, Xose, leer ese número como el primero.

[angelgarrido]

Gambito, las historias que dan de sí los tebeos. Muchas gracias por compartir con nosotros esta historia tan entrañable. Se te nota hasta la emoción que tenías mientras lo escribías. Yo también tuve -y no hace mucho- una experiencia relacionada con un armario y los tebeos.
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Ven Capitán Trueno
haz que gane el bueno
Ven Capitán Trueno
que el mundo está al revés.

[m-angel]

Lo mismo digo. Gambito, qué bien lo cuentas y transmites la emoción de ser niño y ansiar leer los tebeos de aquel armario.

Los Mortadelos que leí de niña siguen todos en casa de mis padres. Si estuviera allí, podría decirte los números concretos. Pero cuando yo era niña, algunos de ellos estaban en casa de mis abuelos, otros en el pueblo ( y los leía solo en verano) y otros en casa. Es muy difícil saber ahora la procedencia de cada uno en concreto, o cuáles de ellos leí primero. No hay una historia concreta que pueda llamar “mi primera historia del Corsario”.

[21]

Hola, Gambito... Me sumo a los dos Ángeles para agradecerte que hayas compartido con nosotros esa preciosa historia...

Narras tan bien, que resulta muy sencillo visualizar tus palabras y emocionarse con ellas...

Aprovecho para darte la enhorabuena por la suerte que has tenido con tu familia y la enfermera... Estar rodeado de cariño es la mejor medicina y encima puedes atesorar recuerdos que te hagan sonreír muchos años después...

Yo también tuve un armario enooorme de madera maciza con un cajón mágico lleno de los tebeos de mi padre... Supongo que allí encontraría mi primer Corsario...

(Lo otro me faltó...)
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¡Ríndete o matamos a Ana María!

[xose]

Tuve suerte de leer al Corsario de niño y enrolarme en su tripulación , viviendo mil aventuras , combatiendo en mil peleas y riendo con el escocés y Merlini. Olvidando así gracias a él y al Don Miki ese asma que me impedía practicar deporte con mis vecinos y compañeros , siendo siempre el bicho raro pegado a un tebeo.
Y tengo suerte ahora por contarme entre los elegidos a los que permites acompañarte de vuelta a tu infancia..Que bien narras!. Gracias
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MA KINGDOM FORRRRABOTL'!

[Ramón Ortiz]

Totalmente de acuerdo, no se puede explicar mejor, Gambito.
Por lo que veo, soy el mas viejo de todos, como nací en el 1951, y el Corsario en 1970, me pilló en una edad en la que los tebeos los tenía "aparcados". Vamos, que me enteré del personaje a finales de los 80, y como se parecía mucho al Capi no me interesé demasiado por él. Y no entiendo porque no he cambiado de opinión siendo un fanático de Ambrós. Como ya he contado en otras ocasiones, en 1991 volví a la carga con los tebeos y no está entre mis preferidos, como el Capi, el Jabato, el Terremoto Marino, Dick Relámpago, Bengala, Paracuellos, Barrio y algun otro mas, no demasiados, por cierto. Y de los modernos, Aarith y Bárbara la bárbara, alguno se habrá traspapelado, claro. Y eso es todo. Buen domingo para tod@s.