Una
vez más, amantísimos lectores, estamos al
pie del cañón para ofreceros un espectáculo
de luz y color en este número. En esta ocasión
el tema elegido ha sido la vergüenza, aunque lo más
seguro es que en vez de encontrar vergüenza en nuestra
s tiras encontraréis la ausencia de ella.
En
realidad entre el equipo de colaboradores de este fanzine
encontraréis muy poca gente que se ruborice en
público por algo hecho. La prueba está en
que edición tras edición el inpaper ha sido
hecho y distribuido por los propios miembros del equipo,
y para eso hay que tener una ausencia absoluta de vergüenza.
Para
la gente que trabajamos con el humor la vergüenza
es un arma poderosa a la hora de hacer reír, ya
que si humillas a un personaje rápidamente el lector
se siente identificado con él (eso dice muy poco
de nosotros y mucho menos de los lectores).
Particularmente
mi variante de la vergüenza preferida es la vergüenza
ajena. Por aquellos que no sepáis de qué
se trata, es ese tipo de vergüenza que sufrimos por
cosas que no nos pasan a nosotros mismos (el rollo de
la identificación que os hemos aclarado antes).
Por desgracia es algo que últimamente tenemos a
flor de piel por culpa de las perlas que nos brindan los
medios.
Mira
Quién Baila, El Diario de Patricia,
o cualquiera de los programas de niños repelentes
que hay en antena hacen que la vergüenza ajena se
dispare hasta que nos salga por las orejas. Esto nos empuja
inevitablemente a una insensibilización a largo
plazo como pasó con los anuncios violentos de la
DGT, así que a medio-largo plazo careceremos totalmente
de vergüenza. Posiblemente esto nos lleve a La Gran
Orgía del año 3000, pero eso lo dejaremos
para otro especial.
Esperamos
disfruten del número.
|