La Real Academia de la lengua define "trauma infantil" como aquel problema que tiene su origen en la infancia de los niños y que le traumatiza para el resto de vida. Muchas son las películas que han estudiado este fenómeno: El show de Trauman, Rambo (ajam, el coronel Trauman), Trauman "10000" voltios de terror o Trauman Capote, entre otras. Pero no voy a demorarme más en explicar lo que significa esto, mi escrito de este número trata acerca del caso de varias personas con las que pude tratar mientras me dediqué a la psicología, allá por la época en la que vivía en el extinto(es decir, cuando estaba en blanco y negro) continente Tricelaico. Sin más, estos son los casos: José Ángel Bernal: La historia de este joven se inicia con un conflicto paterno. Algo tan sencillo como una disputa por cual sería su nombre principal: su madre le llamaba José y su padre Ángel. Así durante años estuvo sufriendo este calvario que le ocasionó una doble personalidad, pero con una curiosa paradoja: las dos personalidades eran iguales, la única diferencia era que no respondía al nombre de Ángel si era José y viceversa. El hombre link: Cuando contaba tan sólo con 7 años, mientras andaba hacia su casa, le asaltó un drogadicto que le dijo que le diera todo el dinero o le pinchaba. El niño accedió, pero luego se sumió en una tremenda depresión porque le habría gustado entrar en el mundo de Internet de una forma tan directa. Desde ese día se pinta completamente de azul y va pidiendo a todos que pinchen sobre él. La mujer de rojo... o verde: Laura nació siendo daltónica, es decir con una extraña afición hacia los enemigos de Lucky Luke. De esta forma acabó con la vida de su madre al salir montada en un caballo de la barriga de ésta, al tiempo que disparaba al aire y gritaba "Esto te pasa por fumar Lucky Strike" Ramón Sanpedro: Era un chaval que desde que vio la película "Proyecto X" decidió no volver a caminar porque decía que los monos querían dominar el mundo. A la pregunta de que entonces por qué no decidió luchar contra eso siempre respondió: "He dicho que no me quiero levantar." Pero un día decidió que tenía que dejar de engañarse y salió a la calle a dar un paseo. Sin embargo alguien había instalado un circo cerca de su casa, por donde pululaban un sinfín de rinocerontes, monos y elefantes. Cuando los vio pensó que la profecía se había cumplido y volvió a la cama. El Zorro: Carlitos siempre se sentaba frente su televisor para disfrutar de su serie preferida: El Zorro. La única razón por la que la veía era porque era un gran amante de los animales, en especial de los zorros, por lo que siempre acababa desilusionado, esperando, en vano, día tras día, que apareciera tan insigne animal en la pantalla de su televisor. Cuando fue mayor tuvo ocasión de ver las dos películas sobre el personaje y volvieron a él los recuerdos de sus traumas infantiles. Desde ese momento acude a cada proyección de la película disfrazado de zorro (de animal) y se pone a gruñir a todos los espectadores y a morder la pantalla cada vez que aparece en ella Antonio Banderas. Cuando acudió a mi consulta le di un consejo que arregló el problema: "No vuelvas al cine" Juan Manuel de Prada: Es escritor. Carmen: Siempre quiso ser delgada y se obsesionó tanto por ello que llegó a ser anoréxica. Esto le ocasionó un trauma doble, pues no solo no adelgazó, sino que por un extraño mecanismo metabólico el no comer le hacia engordar más. Lleva diez años sin comer y pesa más de 500 kilos. Aun la estoy tratando, intentando convencerla de que se suicide de forma violenta. Marte: Hijo de puta. Rosario Mohedano: Cuando era sólo una adolescente tenía 17 años. Años más tarde participó en Gran Hermano Vip, programa que se extendió hasta el pasado año. Cuando salió de la casa ella siguió actuando como si siguiera dentro. Cuando vino a verme me trataba de "super" y me decía que odiaba a su compañera mexicana. Me dijo que a que venía meter a tanta gente en la casa de golpe y sin aviso. A la salida de mi consulta se encerró en un fotomatón y estuvo dos horas hablando sola y llorando. Jesucristo: Creyó ser el hijo de Dios y acabó crucificado. Josep Luis Carod Rovira: Esta convencido de ser catalán, pese a haber nacido en Barcelona. Le trato desde hace años pero es, sin duda, el caso más problemático. Para empezar se ha creado su propio idioma, al que llama catalán, con el que me habla para que no pueda entenderle. Luego inventó un baile, al que llama sardana y, finalmente solo hablaba de estatutos. A veces pienso que no quiere curarse. A continuación transcribo la última conversación que tuvimos ayer mismo (logré convencerle de que hablara en español): Claudio: ¿Qué tal, Carod? Carod: Bien, ¿por qué vuelve a seguirme? Claudio: Tienes que salir de ese mundo que te has creado, Joseph. Carod: Oiga, déjeme en paz de una vez. Claudio: No puedo llegar hasta la capital de Bolivia ahora mismo, está demasiado lejos. Está usted perturbado, señor Carod. Carod: ¡Está usted loco!(es un síntoma evidente en estos pacientes el hecho de que llamen loco a los demás) Claudio: Sólo quiero ayudarle, deje ayudarse... comprenda ya que el estatuto no existe... (Se echa las manos a la cabeza y comienza a correr de un lado para otro, pero sin alejarse demasiado. Va gritando las siguientes consignas) Carod: Hay una vida invisible, subterránea como un venero. Y ese venero no es otro que mi estatut, voy a cavar un túnel gigante para llegar hasta él. Te amo venero, te amo... casi te puedo decir que te venero. JAJAJAJA (su ataque de risa fue tal que podría definirse médicamente como ataque de epilepsia) Será un duro camino el de la recuperación de Carod. Es un paciente que concentra en sí mismo 4 o 5 traumas, cada cual más arraigado que el otro. Creo que voy a optar por la opción de convertirle en parte del reparto de "Camera Café", pues es la única forma de curación posible... Claudio Buenafuente Merín